¿Cómo limpiar tus brochas?
Higienizar las brochas con agua y con jabón (neutro) es la manera más cómoda y sencilla de hacerlo. Para ello, coloca jabón en la palma de tu mano –o sobre un guante exfoliante tipo toalla o limpiador de brochas– y humedécelo con agua tibia hasta hacer espuma. Luego, comienza a frotar la brocha sobre la palma (o guante) realizando movimientos circulares enérgicos y con delicadeza, hasta que las cerdas queden completamente limpias. Por último, déjalas secar sobre una toalla limpia, y será más que suficiente. Asimismo, es posible realizar este procedimiento con el uso de champú (los expertos recomiendan los de bebé), ideal para aquellas cerdas de pelo natural que requieren mayores cuidados.
Por otro lado, es factible recurrir a los sprays o líquidos de limpieza de brochas. Estos productos agilizan el proceso de higiene –puedes realizarlo durante el mismo momento del maquillaje– y desinfectan las brochas con facilidad. Para eso, se debe aplicar el producto sobre las cerdas mismas y fregar la brocha en movimientos circulares sobre un papel de cocina o un pañuelo de papel. También, es viable sumergir los pinceles en un recipiente con el líquido limpiador y dejar actuar durante (al menos) cinco minutos. Para finalizar, se enjuagan con agua tibia y se dejan secar sobre una toalla limpia. ¡Listo! Tus brochas, radiantes.